El desarrollo en la etapa de la media académica, que abarca aproximadamente desde los 14 hasta los 17 años, está marcado por profundos cambios a nivel cognitivo, emocional y social. Es una fase en la que los adolescentes transitan hacia la adultez, enfrentando nuevos retos en su identidad, autonomía y proyecto de vida.
Durante este periodo, los jóvenes cursan los grados de 10° a 11°, consolidando su pensamiento abstracto, reflexivo y crítico. Se vuelven más capaces de formular hipótesis, analizar situaciones complejas, argumentar con lógica y tomar decisiones fundamentadas. Este crecimiento cognitivo permite una mayor apropiación del conocimiento y una visión más clara de sus intereses personales y vocacionales.
A nivel emocional y social, la influencia del grupo de pares cobra especial relevancia, sin que ello reste importancia al acompañamiento de la familia y la orientación de los docentes. Estas figuras continúan siendo fundamentales en la construcción de su autoestima, en la regulación emocional y en el fortalecimiento de los vínculos afectivos.
Esta etapa también implica un mayor cuestionamiento del entorno, de las normas y de las estructuras sociales, lo cual, lejos de ser una amenaza, representa una oportunidad para fomentar el pensamiento crítico, la responsabilidad y la participación activa en la construcción de una sociedad más justa y consciente.